El 18 de Julio y 27 de Noviembre de 1830 la Virgen apareció a Sor Catalina Labouré para nombrarla embajadora y presentar la Medalla Milagrosa como inmaculada, Reina y mediadora de las gracias de sus devot@s.
Consagración a la santísima Virgen de la Medalla Milagrosa.
Postrado ante tu imagen,
¡Virgen de la Medalla Milagrosa!,
y después de saludarte en el augusto misterio
de tu concepción sin mancha,
te elijo desde ahora y para siempre,
por mi madre, abogada, reina y
señora de todas mis acciones,
y protectora e intercesora delante de Dios.
Yo te prometo, Virgen purísima,
no olvidarme jamás de ti, ni de tu culto,
ni de los intereses de tu gloria,
a la vez que también te prometo promover
entre quienes me rodean el amor hacia ti.
Recíbeme, tierna Madre, desde este momento
y sé para mí un refugio en esta vida
y un sostén en la hora de la muerte. AMEN.
¡Oh María, sin pecado concebida,
ruega por nosotros que recurrimos a vos!